Por Chwan-Li Shen, Bruce A. Watkins, Chanaka Kahathuduwa, Ming-Chien Chyu, Masoud Zabet-Moghaddam, Moamen M. Elmassry, Hui-Ying Luk, Jean-Michel Brismée, Ami Knox,  Jaehoon Lee, Mimi Zumwalt, Rui Wang, Tor D. Wager y Volker Neugebauer

Resumen

Objetivo

Se diseñó un estudio piloto pre/post para investigar los mecanismos neurobiológicos y los metabolitos plasmáticos en una intervención grupal de Tai Chi (TC) de 8 semanas en sujetos con osteoartritis de rodilla.

Métodos

Doce mujeres posmenopáusicas realizaron ejercicio grupal de Tai Chi durante 8 semanas (60 min/sesión, tres veces/semana).

Los resultados se midieron antes y después de la intervención de Tai Chi, incluida la intensidad del dolor (EVA), el Inventario Breve de Dolor (BPI), el Índice de Osteoartritis de las Universidades de Western Ontario y McMaster (WOMAC), los metabolitos plasmáticos (aminoácidos y lípidos), así como la evaluación funcional en estado de reposo. imágenes por resonancia magnética (rs-fMRI, 10 min, ojos abiertos), imágenes con tensor de difusión (DTI, 12 min) y resonancia magnética estructural (4,5 min) en un subgrupo.

Los datos clínicos se analizaron mediante pruebas t pareadas; los metabolitos plasmáticos se analizaron mediante pruebas de rangos con signos de Wilcoxon; y los datos de rs-fMRI se analizaron utilizando correlaciones basadas en semillas de la amígdala izquierda y derecha en un modelo de efectos mixtos de dos niveles (software FSL).

Se examinaron las correlaciones entre la conectividad amígdala-corteza prefrontal medial (mPFC) y los cambios correspondientes en los resultados clínicos.

La conectividad DTI de cada amígdala se modeló utilizando un enfoque bayesiano y tractografía probabilística. Se examinaron las asociaciones entre los efectos neurobiológicos y el dolor/función física.

Resultados

Se observaron cambios significativos pre/post con reducción del dolor de rodilla (EVA con mayor dolor: p = 0,018; dolor WOMAC: p = 0,021; BPI con peor nivel: p = 0,018) y rigidez (rigidez WOMAC, p = 0,020 ), que probablemente contribuyó a mejorar la función física (WOMAC-función física: p = 0,018) con TC.

Se observaron tamaños de efecto de moderados a grandes antes y después del aumento en la conectividad rs-fMRI entre la mPFC bilateral y las regiones de semillas de la amígdala (es decir, izquierda: d = 0,988, p = 0,355; derecha: d = 0,600, p = 0,282).

Se observó una mayor conectividad DTI entre mPFC bilateral y la amígdala izquierda (d = 0,720, p = 0,156). Hubo correlaciones moderadas-altas (r = 0,28–0,60) entre los cambios pre-post asociados a la TC en la conectividad funcional amígdala-mPFC y la mejora del dolor/función física.

Se observaron niveles significativamente más altos de lisofosfatidilcolinas después de la TC, pero niveles más bajos de algunos aminoácidos esenciales. Los niveles de aminoácidos (alanina, lisina y metionina) fueron más bajos después de 8 semanas de TC y muchos de los metabolitos lipídicos fueron más altos después de la TC.

Además, los niveles plasmáticos de colesterol no HDL fueron más bajos después del TC.

Conclusión

Este estudio piloto mostró tamaños de efecto de moderados a grandes, lo que sugiere un papel importante que tienen las interacciones córtico-amígdala relacionadas con la TC sobre el dolor y la función física en sujetos con dolor por osteoartritis de rodilla.

Los análisis de metabolitos revelaron un cambio metabólico de lisolípidos superiores y aminoácidos inferiores que podrían sugerir un mayor catabolismo de ácidos grasos, recambio de proteínas y cambios en la redistribución de lípidos en respuesta al ejercicio de TC.

Los resultados también respaldan estrategias terapéuticas destinadas a fortalecer la conectividad funcional y estructural entre el mPFC y la amígdala. Se justifican ensayos clínicos controlados para confirmar estos efectos preliminares observados.

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Fuente: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC8761802/